ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

La alimentación complementaria (AC) consiste en empezar a ofrecer al lactante alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de una fórmula infantil como complemento y no como sustitución de esta.

El proceso de aprendizaje de hábitos alimentarios es especialmente importante durante los primeros años de vida ya que, además de facilitar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, puede ayudar a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta.

En los últimos años las recomendaciones han cambiado numerosas veces, siendo notablemente diferentes de los consejos recibidos por la generación anterior.

¿CUÁNDO SE DEBE COMENZAR CON LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA?

Se recomienda mantener la lactancia materna (o en su defecto al artificial) de forma exclusiva durante los 6 primeros meses de edad y después empezar a añadir de forma paulatina el resto de los alimentos, manteniendo la lactancia.

No se deben introducir alimentos distintos de la leche materna o la fórmula antes del cuarto mes, ya que el organismo debe tener la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.

Una introducción muy precoz de la AC puede conllevar riesgos a corto y largo plazo.

A corto plazo:

  • Posibilidad de atragantamiento.
  • Aumento de gastroenteritis agudas e infecciones del tracto respiratorio superior.
  • Interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna.
  • Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos.

A largo plazo:

  • Mayor riesgo de obesidad.
  • Mayor riesgo de eccema atópico.
  • Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1.
  • Mayor tasa de destete precoz, con los riesgos añadidos que esto conlleva.

Igualmente, se desaconseja demorar el inicio por encima de las 26 semanas de edad, ya que esto también puede tener diferentes riesgos:

  • Carencias nutricionales, sobre todo de hierro y zinc.
  • Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.
  • Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.
  • Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales.

Tradicionalmente la alimentación complementaria se ha introducido ofreciendo en primer lugar preparaciones trituradas en forma de purés y papillas, retrasando la introducción de los alimentos sólidos hasta los 9-11 meses de edad, inicialmente chafados, aplastados y picados finamente.

Sin embargo ahora está en auge una nueva tendencia llamada baby-led weaning (BLW) consistente en una alimentación autorregulada por el bebé, el cual “dirige”. Los padres decidirán qué ofrecen (y es su responsabilidad ofrecer comida sana, segura y variada), pero es el bebé el que coge por sí mismo la comida que se pone a su alcance; decidiendo qué elige comer y cuánta cantidad.

Se le ofrecen trozos de comida que el lactante pueda deshacer en su boca o masticar con la encía. El objetivo es que el niño se integre en la mesa familiar y, en la medida de lo posible, que su alimentación coincida con la del resto de comensales.

¿Cómo se pone en práctica?

  • El bebé se sienta a la mesa con la familia en las comidas.
  • Se le ofrece la misma comida (sana) que al resto, en trozos de alimentos de consistencia blanda y apropiados a su desarrollo psicomotor (grandes al principio, posteriormente pequeños).
  • El bebé se alimenta por sí solo desde el principio; al comienzo con las manos y posteriormente con cubiertos.
  • A partir del momento en que se inicia el BLW el aporte de leche (materna o artificial) continúa siendo a demanda, sin relación con los momentos familiares de la comida.

Las principales ventajas de este método son que se asocia a una mayor duración de la lactancia materna, favorece la adquisición de hábitos alimentarios saludables, fomenta el desarrollo psicomotor del niño y facilita la transición a la alimentación sólida.

Sin embargo, este método también presenta algunas limitaciones que es necesario considerar:

  • Riesgo de carencias nutricionales.
  • Riesgo de atragantamiento si no se ofrecen los trozos adecuados.
  • Exige una gran dedicación.
  • Se podría ofrecer comida insana o poco variada.

Sea de manera tradicional o con BLW…

¿QUÉ ALIMENTOS COMEZAR A INTRODUCIR Y CON QUÉ SECUENCIA?

No se deben dar “instrucciones” rígidas. En general, no hay alimentos mejores que otros para empezar, aunque se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc.

Los alimentos se deberán introducir de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la tolerancia y la aceptación y no añadirles sal, azúcar ni edulcorantes, para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales de los alimentos.

La preocupación por el niño que no come es frecuente entre los padres y las madres. No obstante, la problemática de la inapetencia es, a menudo, un problema de equilibrio entre lo que un niño come y lo que su familia (madre, padre, abuelos…) espera que coma. Los progenitores son los responsables de adquirir los alimentos que consumirá el niño, y de decidir también cuándo, cómo y dónde se comerán estos alimentos, pero es el niño en definitiva quien decide si quiere o no quiere comer y qué cantidad, ya que es capaz de autorregular su ingesta en función de sus necesidades (excepto en situaciones de enfermedad, donde serán convenientes las recomendaciones específicas del equipo de pediatría).

Orden aconsejado de introducción de los alimentos:

A pesar de que tradicionalmente se ha recomendado retrasar la introducción de algunos alimentos como los huevos, el pescado o los frutos secos, actualmente existe consenso en que la introducción temprana de los alimentos potencialmente alergénicos previene el desarrollo de las alergias alimentarias. Por tanto, en la actualidad no se recomienda retrasar la introducción de estos alimentos. No obstante, es recomendable separar la introducción de cada nuevo alimento al menos 3 días. De este modo, en caso de que aparezca una alergia alimentaria, podrá identificarse el alimento que ha originado la reacción alérgica con mayor facilidad.

¿Y el gluten?

Hoy en día se desconoce cuál es la mejor forma de introducir el gluten con el objetivo de disminuir la incidencia de enfermedad celíaca. Están en marcha diversos estudios para poder conocer cuál es la pauta más adecuada. La recomendación actual es introducir el gluten entre los 4 y los 11 meses de edad, idealmente alrededor del sexto mes, y en pequeñas cantidades al inicio.

El calendario orientativo de introducción de los alimentos vigente en la actualidad en nuestro medio se expone a continuación, pero hacer hincapié que cualquier alimento es susceptible de ser introducido a partir de los 6 meses, a excepción de los siguientes:

  • Leche y derivados lácteos: se recomienda introducirlos a partir del año.
  • Hortalizas ricas en nitratos (acelgas, espinacas, remolacha, apio, etc.): se recomienda retrasar su introducción hasta el año de edad..
  • Carne proveniente de animales cazados con munición de plomo.
  • Pescados azules de gran tamaño (atún rojo, pez espada o emperador, cazón y tintorera): hay que retrasar su introducción hasta los 3 años.
  • Cabezas de crustáceos (gambas, langostinos, etc.). En general los niños deben evitar consumirlo debido a la presencia de cadmio.
  • Miel: no se debe introducir en la alimentación hasta el año de edad, pues puede causar botulismo.
  • Frutos secos: debido al riesgo de atragantamiento, no se pueden introducir frutos secos enteros al menos hasta los 3 años, pero sí pueden introducirse desde los 6 meses en forma de pasta o manteca, untados en pan.
  • Zumos de fruta: en la actualidad no se recomienda su consumo en los niños, aunque sean naturales. Su consumo debe ser esporádico.

¿CUÁNTA CANTIDAD HABRÍA QUE DAR?

El alimento principal sigue siendo la leche materna, por lo que se deberá ofrecer el pecho a demanda y con frecuencia, o la leche de fórmula en caso de no ser amamantado.

La introducción a la alimentación complementaria es un proceso gradual, comenzando por porciones pequeñas y aumentando progresivamente conforme crece el niño.

Es importante respetar las señales de hambre y saciedad del lactante. La Organización Mundial de la Salud recomienda seguir los principios de la alimentación perceptiva, sin forzar a comer o distraer. El apetito de los lactantes es diferente en cada niño y circunstancia. La expectativa de una cantidad concreta de ingesta puede frustrar a los padres y hacer que el momento de la comida se convierta en una lucha en vez de en un disfrute. Por ello, más que centrarse en una cantidad concreta, es importante la variedad, disponibilidad y el establecimiento de los hábitos futuros.

En el caso de las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, pasta, arroz, pan, etc., las cantidades que se ofrezcan deben adaptarse a la sensación de apetito que manifiesta el niño. En cambio, con respecto a carnes, pescados y huevo, es importante limitar las cantidades a las necesidades nutricionales de los niños.

Como se ha comentado, a partir de los 6 meses se podría empezar a introducir los alimentos comentados, pero aquí os dejo algún ejemplo que pudiera llevarse a cabo:

ORIENTACIÓN PARA INTRODUCCIÓN DE ALIMENTOS.

0-6 mesesLactancia materna o artificial exclusiva.
6 mesesVerduras. Agua.
1º hortalizas: patata, zanahoria… ir variando y sumando … (calabaza, calabacín, judía tierna …) RECORDAR NO VERDURAS RICAS EN NITRATOS.
6 meses; espaciandoAceite de oliva virgen extra (mejor crudo).
6 meses; espaciando Fruta. De una en una cada día… Primero un tipo solo, después ir variando y sumando. RECORDAR NO ZUMOS DE FRUTAS.
6 meses; espaciandoSe le puede ir presentando el gluten dándole un trozo de pan esporádico.
7 meses; Aproximadamente según introducción anteriorCereal sin gluten (primero): arroz, maíz; se recomienda ir cambiando de cereal, ir introduciendo día a día variedades diferentes y después algunas con gluten (centeno, trigo, avena, espelta).

Pasta, arroz, pan, cereales desayuno sin azúcar.
8 mesesCarnes, comenzando por pollo, pavo, conejo (Ver gramajes).  

Puede ser mezclado con verduras ya introducidas
9 mesesPescado, comenzando por pescado blanco, luego azul (Ver gramajes).

Puede ser mezclado con verduras ya introducidas
9 meses; espaciandoYogur; quesos frescos, tiernos.
10 mesesIntroducir el huevo: primero la yema y después la clara, ya que puede inducir sensibilizaciones. Se puede dar una yema cocida en lugar de la carne o el pescado.
11 mesesLegumbres.
11 meses; espaciandoOtras leguminosas (trigo sarraceno, quinoa).
Frutos secos (no enteros).
+ 12 mesesDar huevo entero Introducción esporádica y paulatina de las verduras con alto porcentaje en nitratos: acelga, espinacas, remolacha, apio.
Ir presentando un poco la miel (no abusar rica en azúcares).
Leche de vaca entera.
RECORDAR:
NO ANIMALES CAZADOS (plomo)
NO PESCADOS AZULES GRANDES (atún rojo, pez espada o emperador, cazón y tintorera)
NO CABEZAS DE CRUSTÁCEOS (cadmio)
NO FRUTOS SECOS ENTEROS (atragantamiento + 3 años)

Por último me gustaría comentar que el marco físico-afectivo que rodea a la introducción complementaria de los alimentos es muy importante para desarrollar las habilidades relacionadas con la alimentación y fomentar la autorregulación del hambre saciedad.

No se debe obligar al niño, ni presionar o premiar. Estas son estrategias que interferirán con la percepción del niño de su propia saciedad y se podrá relacionar con diferentes problemas con la comida y con su alimentación (presente y futura).

Por el contrario, si el niño rechaza algún alimento, no descartarlo inicialmente. Se deberá seguir ofreciendo en los siguientes días o semanas sin presionar (pueden ser necesarias hasta 10-15 ocasiones para conseguir la aceptación).

Sea paciente.

Intente mantener una actitud neutra ante las situaciones negativas.

Evite enfadarse o mostrar el enfado.

No siga una conducta muy controladora o exigente.

Evite distracciones (pantallas, juguetes).

No utilizce los alimentos como premios o castigos, ni como consuelo o chantaje.

Disfrute de la comida en familia, reforzando los logros.

CONSTRUYAMOS LOS HÁBITOS SALUDABLES DE NUESTROS HIJOS, QUE SERÁN PARTE DE SU SALUD DEL MAÑANA…

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