SIBO… ¿qué dieta tengo que seguir?

Últimamente se escucha muchísimo hablar sobre el SIBO. Pacientes que notan muchos síntomas a nivel intestinal (sobre todo mucha inflamación), pero también otros muchos síntomas a nivel extraintestinal.

Se les recomienda realizar una prueba/test para esta alteración y voilá… suelen dar POSITIVO.

Pero exactamente …

¿Qué es el SIBO?

SIBO son las siglas en inglés de “small intestine bacterial overgrowth” que significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.

Depende del grado, las bacterias sobrepoblarán diferentes zonas del intestino, de tal manera que cuanto más proximal, peor pudiera ser el trastorno. Además de aparecer un sobrecrecimiento de las bacterias de fermentación, que sí que formarían parte de la flora intestinal habitual y normal, pudieran encontrarse otras bacterias que no son comunes en la flora.

¿Qué hacen estas bacterias?

Pues, entre otras cosas, ellas comen y fermentan, por lo tanto pueden producir muchos gases. Lo que normalmente las personas más notan es que se hinchan muchísimo.

Cuando las personas consumen fibra se producen estos gases, pero además de la consecuente hinchazón, pueden notar otros síntomas digestivos como:

  • Malas digestiones
  • Ardor
  • Eruptos
  • Flatulencias
  • Náuseas
  • Diarrea o estreñimiento
  • Bastante dolor e incomodidad
  • Intolerancias alimentarias …

Pero como decía al principio del post, también pueden tener síntomas extraintestinales, derivados del mismo SIBO, como pudieran ser:

  • Problemas de piel (picor, acné, rosácea…)
  • Alteraciones en el estado anímico (depresión, apatía, irritabilidad…)
  • Reacciones histaminérgicas
  • Alergias
  • Cansancio
  • Dolores musculares
  • Insomnio
  • Niebla mental…

¿Qué otras consecuencias puede tener el SIBO?

El exceso de estas bacterias además va “alterando” otra serie de procesos:

  • Desconjugación bacteriana de sales biliares, por lo que las vitaminas liposolubles pudieran ser mal absorbidas.
  • Las bacterias además pueden consumir macro y micronutrientes, que pudiera resultar en un déficit nutricional para el paciente.
  • Alteración de la microvellosidades intestinales, también con su consecuente malabsorción.
  • Reducción de la producción de ácidos grasos de cadena corta fundamentales en multitud de procesos fisiológicos.
  • Hiperpermeabilidad intestinal. El intestino se vuelve más permeable, por lo que pasarían partículas de alimentos no digeridos, sustancias tóxicas o las propias bacterias al organismo. Esto es bastante importante ya que podría desencadenar diferentes reacciones por parte del sistema inmune, con multitud de síntomas.

¿Qué tengo que hacer si doy positivo en el test de SIBO?

Seguramente habrás notado muchos síntomas digestivos desde hace tiempo. Has visitado algunos médicos y nunca te han dado con la clave de tu problema. Hasta ahora, que está “de moda” hacer las pruebas de SIBO.

Al dar positivo, el médico te prescribirá un tratamiento antibiótico, pero ya te adelanto que probablemente no va a ser suficiente (ojalá) para resolver el problema.

Es importantísimo seguir una dieta adecuada, personalizada, para empezar a notar una mejoría general. No solo a nivel digestivo, sino también a nivel extraintestinal.

¿Cuál es esa dieta para el SIBO?

No hay una dieta específica para todos los pacientes de SIBO. Siempre recomiendo que hay que valorar al paciente de manera individual. Lo que a unos pacientes puede irles bien, a otros pudiera perjudicarles. Es importante acudir a un dietista-nutricionista clínico para valorar el caso  en particular y que prescriba una dieta totalmente personalizada y adaptada a la necesidades nutricionales y clínicas del paciente.

Sin embargo, podríamos dar una serie de recomendaciones generales para que los pacientes que sufren SIBO tengan en cuenta.

Se suele hablar mucho de la dieta baja en FODMAP, donde se reducen durante 4-6 semanas una serie de azúcares fermentables, los FODMAP, con el objetivo de reducir la producción de gas y por tanto mejorar la sintomatología digestiva. De esta manera se intenta reducir al máximo, a lo largo de una serie de fases, el aporte de todos los azúcares fermentables que se utilizan como sustrato energético de la microbiota, para después reintroducir los alimentos viendo la tolerancia que se tiene a cada uno.

Esta dieta la puedes buscar en internet y te vendrá detallada (no voy a ponerla aquí porque es fácilmente accesible).

¿Mi experiencia con esta estrategia? Es incompleta. A la mayoría de pacientes sólo les suele funcionar sintomáticamente hablando. Es decir, mientras realizan la dieta (muy estricta) se encuentran mejor, pero no pueden reintroducir alimentos porque enseguida suelen volver a sentirse mal, con lo cual, no podrían “abandonar” la dieta…

Mi recomendación es tener en cuenta TODOS los aspectos del SIBO y abordarlos con diferentes estrategias, para así no tener una visión/tratamiento sesgado de la patología, e intentar conseguir un mejor resultado:

1) Evitar los alimentos que “comen” estas bacterias y suscitan su crecimiento, como por ejemplo:

  • FODMAPs
  • Azúcares
  • Exceso de fibra (alimentos integrales, legumbres, algunas verduras…)

2) Introducir alimentos con poder antibióticos (e incluso algunos suplementos en pequeñas dosis, que vayan ayudando a “matar” ese sobrecrecimiento bacteriano).

3) Realizar una dieta básica sana evitando todo tipo de procesados, comida rápida, dulces y azúcares, grasas trans, fritos, bebidas comerciales, con gas, alcohol …

4) Muy importante tener en cuenta el correcto funcionamiento del estómago. Es fundamental tener digestiones buenas y correctas. Tener en cuenta una posible gastritis, por lo tanto enfocar igualmente la alimentación:

  • Eliminar alimentos que claramente le sientan mal al paciente
  • Eliminar alimentos de difícil digestión (aún cuando el paciente note que le sientan bien)
  • Ayudar con enzimas digestivas o diferentes estrategias nutricionales para una correcta digestión, como comenzar las comidas con un poco de papaya o piña
  • Comer despacio, masticar bien, envolver todo el bolo alimenticio con la saliva
  • No beber abundantes líquidos durante las ingestas
  • Lo ideal es beber agua antes de las comidas
  • No mezclar determinados alimentos ni tomar postre

5) Es importante también tener en cuenta el buen funcionamiento de la vesícula, el hígado y el páncreas. Individualizar la dieta según cada paciente.

6) Tener en cuenta el tránsito intestinal evitando tanto el estreñimiento como la diarrea. Igualmente habría que individualizar la dieta según el paciente.

7) Intentar ir mejorando esa hiperpermeabilidad intestinal, además de con la dieta, con suplementos como la glutamina.

8) Tener también en cuenta el complejo motor migratorio (CMM) cuya función es limpiar los restos de alimentos y bacterias desde el estómago hasta el intestino. Cada vez que comemos se detiene, se puede inhibir con cualquier ingesta, incluso con agua, por lo que es importante, además, no estar picando entre horas. Es necesario un ayuno total entre ingestas (cada 4 horas aproximadamente).

9) Es muy importante gestionar el estrés. Las alteraciones metabólicas que produce el cortisol es una de las causas más importantes de SIBO. Se recomienda gestionarlo en la medida de lo posible con diferentes técnicas como el mindfulness, así como se recomienda la realización de actividad física acorde a persona.

10) Tener en cuenta que determinados medicamentos, entre ellos los anticonceptivos y los tratamientos hormonales están relacionados con el sistema digestivo y con el SIBO ya que pudieran alterar la correcta función gástrica favoreciendo la gastritis y el SIBO. Igualmente valorar si es adecuado o no, en el caso de su uso, los IBPs (inhibidores de la bomba de protones) tan frecuentemente utilizados, como el omeprazol, que a priori, por su apodo de “protector” puede parecer que es conveniente, cuando en realidad podría perjudicar en este trastorno.

Una vez que el paciente haya mejorado, hay que pasar a la fase de reintroducción de alimentos, ésta también es tarea ardua y debe hacerse de manera gradual. Los alimentos no podrán reintroducirse y volverán a sentar mal si no se ha disminuido la población bacteriana patógena en la fase inicial. Lo ideal será tener paciencia en una primera fase, para después llegar a poder reintroducir la mayoría de los alimentos hasta llegar a una dieta básica sana.

Una vez conseguida, tampoco se debe bajar la guardia. Es importante mantener un estilo de vida saludable, con algunas “permisiones”, pero de ninguna manera mantener una dieta insana, tan habitual con la “vida moderna” y “alimentos modernos” que se suele llevar actualmente. Hemos cambiado radicalmente la dieta de nuestros ancestros, lo que nos ha traído numerosas consecuencias a nivel de patología/enfermedad/sintomatología adversa.

Finalmente deciros que el SIBO es una patología que puede resultar difícil de erradicar. Se necesita tiempo y paciencia. Hay que abordarlo de manera integral e ir viendo individualmente la respuesta de cada paciente.

Te animo a que consultes tu caso particular. El SIBO merma mucho la calidad de vida de los pacientes y, de no actuar de manera integral (y aún así hay que ir viendo cada paciente de manera individual), será difícil mejorar.

Cualquier consulta, no dudes en preguntar. Estaré encantada de ayudarte.

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